La estrategia del Gobierno para impulsar las energías renovables en el norte argentino: ¿qué se sabe hasta ahora?

La Secretaría de Energía trabajará junto con el INTI para impulsar el sector. Los líderes en el tema muestran su compromiso y avanzan, con el fin de potenciar la bioeconomía y la energía solar.

José Ricardo Ascárate, secretario de Energía y Servicios Públicos, se reunió con representantes del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para avanzar con un acuerdo que promueve el desarrollo energético renovable en el norte de Argentina. 

En detalle, el Gobierno y el INTI mantuvieron un encuentro bajo el objetivo de proponer estrategias y colaboraciones que permitan el impulso a las energías renovables en el territorio argentino. El foco está puesto principalmente en las provincias como Salta, Jujuy, entre otras.

Ascárate destacó el rol que desempeña el organismo a través de su Departamento de Energías Renovables, el cual está a cargo de Martín Rearte. Asimismo, resaltó la importancia de establecer alianzas para desarrollar iniciativas ligadas al uso de energías limpias y sostenibles en la región.

Este año, la planificación tendrá como objetivo principal la maximización de la bioeconomía y la energía solar. De esta manera, se trabajará en pos de una producción con recursos biológicos renovables dentro de la industria de alimentos, por ejemplo.

La economía de Argentina, que en mayor parte depende de los recursos fósiles, se despegaría de los impactos ambientales y apuntaría a la producción de biocombustibles. Esto implica una serie de prácticas que giran en torno a la biomasa. 

Actualmente, las autoridades se encuentran afianzando criterios para trabajar en la sostenibilidad ambientales del país, que permita un desarrollo económico y una sólida posición a nivel global. En particular, se abarcarán las áreas rurales y aquellas que dependen de la agricultura.

Desde la Secretaría hicieron hincapié en la transformación que debe atravesar la industria del azúcar hacia una producción circular de biocombustibles, usando los desechos que se generan como materia prima. Así es como podría generar energía de una forma sostenible.

Por su parte, Rearte dejó en claro su satisfacción por la reunión en cuestión y destacó el intercambio de conocimientos entre ambas entidades. Los planes en conjunto, según apuntaron, significarán un gran paso para el país.

El titular del Departamento de Energías del INTI consideró que este encuentro significa una oportunidad para que las provincias conozcan las capacidades nacionales y puedan colaborar en distintos proyectos de energías renovables, a través de la caña de azúcar. 

Una de las planificaciones que se encuentran en curso es aquella que busca diversificar la actividad basada en la caña de azúcar para producir nuevos biomateriales y bioproductos, lo cual demuestra el compromiso del instituto con la innovación y el desarrollo sostenible.

En conclusión, ambos actores sociales aseguraron que el compromiso en conjunto representa un paso significativo hacia la promoción de nuevas formas de energías en el norte del país, con el potencial de impulsar el crecimiento económico y reducir la huella ambiental.

¿La industria azucarera contamina

Los expertos en el tema aseguran que es sumamente contaminante para el planeta, dado que destruye la biodiversidad de los vegetales y los animales. El avance sobre los ecosistemas y el desmonte que implica dicho cultivo demanda una superficie que se ve implicada. 

Desde el sector consideran que contribuye a la erosión y compactación del suelo. En esta línea, varios experimentos demostraron que se registra una degradación paulatina, así como también una extracción de nutrientes y una disminución progresiva del contenido orgánico.

Si bien el sector agrícola del cultivo nota grandes rendimientos, lo cierto es que las prácticas tradicionales de trabajo no son rentables a largo plazo. De hecho, los beneficios disminuyen de forma considerable con el paso de los años.

Por su parte, también afecta a la atmósfera aquellas prácticas de quemas que se hacen antes y después de cada cosecha. La combustión del material vegetal produce emisiones de gases y hollín que además afectan la salud de la población cercana, por lo que hay un doble impacto. 

Los gases de efecto invernadero aparecen junto con el dióxido de carbono. En el caso de Tucumán, los neumólogos notan en la sociedad una mayor prevalencia de asma, fibrosis pulmonar y otras enfermedades respiratorias, además de efectos oculares y dermatológicos. 

El compromiso con la sustentabilidad aún no es suficiente. En 2020, la provincia registró grandes denuncias de incendios que en ningún otro año, ya sea por cañeros habituados a prácticas tradicionales, quema de basura o limpieza de otras malezas.

A su vez, se ven afectados los ríos y arroyos, tanto por el uso de plaguicidas como por los productos que provienen del proceso de industrialización. La industria azucarera también utiliza energía y agua en cantidad para lavar la caña. No hay un tratamiento para su descontaminación, por lo que contamina a animales y comunidades cercanas.

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