Ley de energías renovables en Argentina: ¿en qué situación está el país hoy?

El territorio argentino fortalece su compromiso con el sector de las energías renovables, al consolidar su crecimiento a nivel global y local. El país cuenta con un marco regulatorio que apoya las diferentes iniciativas sostenibles.

Diferentes países en el mundo actúan en base a los objetivos de la descarbonización, en el marco del acuerdo de París que se firmó en 2015. Desde entonces, territorios como Argentina afianzan su compromiso por mitigar los efectos del cambio climático y promover las energías renovables.

En el caso del territorio argentino, la aprobación de la Ley de Energías Renovables en 2015 y su implementación a través de los programas RenovAr y MATER impulsaron un rápido crecimiento en el sector de las energías verdes. Este tipo de iniciativas posicionan al país en un lugar competitivo a nivel internacional, dados los recursos y posibilidades.

Hoy en día, el país cuenta con 152 proyectos de energía renovable en operación, a los que se sumarán 38 más que están en fase de construcción. Estos proyectos trajeron inversiones directas cercanas a los 7.000 millones de dólares y generaron más de 17.000 empleos, tanto directos como indirectos, a lo largo de toda la cadena productiva, aportando 4,3 GW adicionales al sistema energético.

Gracias a este crecimiento, las energías renovables alcanzaron un 15% de la matriz energética en 2023, y se espera que puedan llegar al 20% para 2025, meta establecida por la Ley. Este avance permitió importantes ahorros tanto para el Tesoro, debido a la menor necesidad de subsidios, como para el sector externo, por la reducción de importaciones energéticas. 

En términos fiscales, el ahorro superó los 2.500 millones de dólares, mientras que el ahorro en divisas excedió los 7.000 millones de dólares. Además, la incorporación de energías limpias redujeron los costos de generación en aproximadamente 25 USD/MWh en los últimos dos años.

En cuanto a los compromisos ambientales, Argentina evitó la emisión de 40,6 millones de toneladas de dióxido de carbono entre 2015 y 2023, lo que contribuye a cumplir con las metas climáticas acordadas en el Acuerdo de París. Es importante destacar que este se estableció con el fin de fomentar un futuro sostenible y con bajas emisiones de carbono.

Diferentes líderes mundiales se unieron para establecer un pacto en común. Cada uno de los participantes debe tomar las medidas necesarias para mitigar los efectos del cambio climático, con un enfoque especial en brindar mayor apoyo a las naciones en desarrollo. 

En un contexto donde el cambio climático avanza a pasos agigantados, este convenio pretende además fortalecer la respuesta a esta amenaza, manteniendo el incremento de la temperatura global por debajo de los 2°C en comparación con los niveles preindustriales, y esforzándose por limitar dicho aumento a 1,5 grados. 

Asimismo, busca aumentar la capacidad de los países para garantizar que los flujos financieros sean compatibles con un desarrollo de bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Para lograr estas metas, se requiere establecer un marco tecnológico renovado y fortalecer la creación de capacidades, con el fin de apoyar a las naciones en desarrollo y aquellos más vulnerables, de acuerdo con sus propios objetivos nacionales.

Por último, el Acuerdo también incluye un marco de transparencia mejorado, tanto para las acciones climáticas como para el apoyo que se brinde. Esto establece un abordaje integral y de calidad a nivel internacional.

¿Qué está haciendo Argentina por las energías renovables?

En Argentina, la Ley de Energías Renovables fue un instrumento clave para atraer inversiones, crear empleo, reducir costos y avanzar en la transición energética del país. Sin embargo, su vencimiento a finales del próximo año presenta un desafío para mantener los avances logrados. 

Si bien el sector no requiere subsidios para seguir creciendo, es esencial que se mantengan reglas claras y estables, y que se siga fomentando la penetración de renovables en la matriz energética.

En un escenario global donde la neutralidad de carbono será indispensable tanto para exportar como para acceder a financiamiento, y con la necesidad local de mejorar el sistema de transporte y mantener la consolidación fiscal, este sector se posiciona como un pilar clave para el crecimiento futuro.

La carrera mundial hacia la descarbonización se ha intensificado desde la firma del Acuerdo de París en 2015, sumándose al compromiso de los gobiernos una creciente presión económica para que las empresas avancen en la adopción de la carbono-neutralidad.

Cada vez más, las barreras comerciales a nivel global están vinculadas a políticas climáticas. De acuerdo con Jean-Marie Paugam, director general adjunto de la Organización Mundial del Comercio, actualmente un tercio de los obstáculos al comercio se relacionan con cuestiones climáticas.

Además, el financiamiento internacional se está orientando cada vez más hacia proyectos de infraestructura de gran escala que favorezcan la transición energética, en un esfuerzo por alinear los recursos financieros con los objetivos de desarrollo sostenible promovidos por las Naciones Unidas y el Acuerdo de París.

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