Los expertos en el sector dieron a conocer las diferencias entre ambos tipos de energía. Si bien ambos contribuyen a la sostenibilidad, lo cierto es que cada una posee características distintas.
En un contexto que está marcado por los esfuerzos para combatir los efectos del cambio climático, es común que surjan confusiones respecto a los conceptos que se utilizan dentro del sector. Una de las dudas más típicas es acerca de las diferencias entre las energías renovables y las energías limpias, ambos factores claves para lograr una eficiencia energética.
Durante el último tiempo, la conciencia ambiental llevó a la sociedad a tener conocimiento acerca de los nuevos componentes que permiten proteger al planeta. En el caso de las energías, la clave se encuentra en alejarse de los contaminantes y optar por nuevos caminos.
Lo cierto es que en los últimos doscientos años, la industria energética se vio dependiente de una única fuente. El mundo se creó en base a los combustibles fósiles, los cuales generan emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyen a los problemas ambientales, como el calentamiento global.
Ante este escenario, las energías renovables cobran importancia, dado que no ponen en juego a las futuras generaciones ni tampoco requieren del petróleo o el gas natural. Se trata de una alternativa sostenible para garantizar energía mediante recursos inagotables, tal es el ejemplo del viento, el sol y el agua.
¿Qué son las energías limpias y cuál es su importancia?
En primer lugar, cabe destacar que las energías limpias y las renovables no son sinónimos. En el primer caso, el Departamento de Energía de Estados Unidos clasifica como limpia a toda fuente que contamine y emita gases de efecto invernadero en menor medida que los combustibles fósiles.
Las también conocidas energías verdes no tienen no emiten contaminantes ni tienen un impacto negativo en el medio ambiente durante su producción y consumo. Cabe aclarar que incluso los usos más simples de la energía, como el uso de la fuerza del agua con molinos, no son completamente limpios.
Entre las opciones más destacadas, considerando las emisiones de dióxido de carbono (CO2), se encuentran la eólica y la nuclear. Lo mismo ocurre con la solar, la cual genera seis gramos de CO2 por cada kilovatio hora (KWh) de energía producido.
En contraposición, se encuentra el carbón, el gas, el petróleo, la hidroeléctrica y la bioenergía que –según datos de Carbon Brief- son más contaminantes que las nuevas alternativas. Solo en 2020, la quema de carbón liberó a la atmósfera 14.000 millones de toneladas de CO2, la del petróleo emitió 12.200 millones y la del gas, 7.500 millones.
Estos números demuestran que la tradicional fuente eléctrica que aún predomina a nivel global no está encaminada con los objetivos que plantea las Naciones Unidas para proteger al medio ambiente.
En detalle, el organismo internacional estableció una serie de objetivos en el marco de la Agenda 2030, entre los cuales se encuentra la garantización a un acceso de energía accesible, segura, sostenible y moderna a nivel global.
Según indican las autoridades, más de 3.000 millones de personas –en particular Asia y África, aún manejan combustibles extremadamente contaminantes y tecnologías poco eficientes.
Para combatir dicho escenario, mantienen como desafío el acceso universal a la energía renovable mediante inversiones públicas y privadas, mayores niveles de financiamiento y compromiso gubernamental.
¿Qué son las energías renovables y sus ventajas?
En la actualidad, existen varios tipos de energía que son consideradas limpias debido a su bajo impacto ambiental y climático. Sin embargo, no son renovables ya que usan un combustible finito, como el uranio y otros materiales radiactivos.
Las energías renovables son aquellas que se encuentran en abundancia, se renuevan de forma natural y emiten pocos contaminantes o gases de efecto invernadero durante su producción y consumo.
Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) detallan que el principal criterio de este tipo de energías es que se regeneren a una velocidad mayor que la que se consumen. El punto está en que el Sol seguirá iluminando la Tierra de forma constante.
Esto es lo que permite entender como renovable la energía de biomasa y biocombustibles, aunque hay sectores científicos y ecologistas que no están completamente de acuerdo.
En lo que respecta a lo económico, se mantiene un mito de que la energía renovable es más cara que la quema de carbón y petróleo. Sin embargo, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) asegura que se trata de una opción más económica en comparación con la fósil.
Por otro lado, se convirtieron en una fuente de empleo significativa. Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), uno de cada dos trabajadores del sector energético global está empleado en energías renovables, lo que demuestra su importancia social.