Por primera vez, las energías renovables suministraron un tercio de la electricidad mundial, lo que impacta de forma directa en los objetivos sostenibles a nivel global. Esto presenta un escenario positivo para la meta de cero emisiones para 2050.
En diciembre de 2015, durante la COP 21 -también conocida como la Conferencia de París sobre el Clima-, representantes de 195 países firmaron el primer acuerdo climático global. Este compromiso delineó un plan de acción mundial con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2ºC para 2100.
La generación de energía es tanto la principal causa del cambio climático como su solución, ya que más del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y casi el 90% de las emisiones de dióxido de carbono provienen de este sector.
Para cumplir con las metas del Acuerdo de París, remarcan la importancia de reducir las emisiones a la mitad para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Esto exige abandonar la dependencia de los combustibles fósiles e impulsar el desarrollo de fuentes de energía limpias, accesibles y sostenibles.
Alternativas como la energía solar, eólica, hidráulica y geotérmica, que son renovables y generan mínimas emisiones de gases de efecto invernadero, representan el camino hacia un futuro energético más respetuoso con el medio ambiente.
¿En qué situación se encuentran las energías renovables?
El sector de las energías renovables se encuentra en plena revolución global. En los últimos años, los expertos notaron un importante desarrollo y crecimiento, dadas las inversiones en las herramientas que potencian su uso.
Por su parte, el 2023 se destacó por un récord histórico en la participación de electricidad generada a partir de fuentes renovables, impulsado por el rápido avance de la energía eólica y solar. Este hito marca un punto crucial en la transición hacia energías de bajas emisiones de carbono.
El crecimiento de las energías renovables avanza a un ritmo acelerado, liderado principalmente por China y Estados Unidos, que incrementaron de forma significativa la instalación de paneles solares y turbinas eólicas. Mientras tanto, fuentes como la energía hidroeléctrica y la bioenergía complementaron la generación renovable, que pasó de representar el 29.4% en 2022 al 30.3% en 2023, estableciendo un nuevo máximo histórico.
Dentro de este panorama, la energía solar se consolidó como la fuente de electricidad verde con mayor crecimiento, aumentando su participación del 4.6% en 2022 al 5.5% en 2023. Este avance contribuyó a reducir la proporción de energía generada por combustibles fósiles, que disminuyó del 61.4% en 2022 al 60.6% en 2023.
Sin embargo, la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles registró un ligero incremento en términos absolutos, debido a un aumento del 2.2% en la demanda eléctrica global, especialmente en China.
Desde el inicio del siglo, las energías eólica y solar pasaron de representar solo el 0.2% de la generación eléctrica global a alcanzar un récord del 13.4% en la actualidad. Por su parte, la energía nuclear, una opción menos contaminante que los combustibles fósiles, mantuvo su aporte estable en el 9.1% de la electricidad global respecto a 2022.
¿Cuáles son los beneficios de las energías renovables?
Acelerar la transición hacia energías limpias es clave para construir un planeta saludable y habitable, tanto para las generaciones actuales como para las futuras. De hecho, existen diversas razones que justifican este compromiso.
Las energías renovables están al alcance de todos, ya que cerca del 80% de la población mundial vive en países que dependen de la importación de combustibles fósiles, lo que los hace vulnerables a crisis e impactos geopolíticos. Sin embargo, cada uno de estos poseen recursos renovables, y según la Agencia Internacional de Energías Renovables, el 90% de la electricidad global podría provenir de estas fuentes para 2050.
Gracias a los avances tecnológicos, los costos de la electricidad generada por fuentes como la solar y la eólica disminuyeron significativamente en la última década. Para 2030, podrían constituir el 65% del suministro eléctrico mundial, y para 2050, descarbonizar hasta el 90% del sector energético, mitigando los efectos del cambio climático.
Las energías renovables también benefician la salud. Según la Organización Mundial de la Salud, el 99% de la población mundial respira aire de mala calidad, lo que contribuye a más de 13 millones de muertes anuales, muchas de ellas evitables. La transición hacia fuentes limpias no solo combate el cambio climático, sino que también mejora la calidad del aire y, con ello, nuestra salud y calidad de vida.
Otra ventaja es la generación de empleo. Las inversiones en el sector crean hasta tres veces más puestos de trabajo que el área de combustibles fósiles. En esta línea, se espera que la transición hacia emisiones cero netas aumente la demanda laboral en áreas como la fabricación de vehículos eléctricos, tecnologías eficientes y el desarrollo de soluciones como el hidrógeno.
Por último, son económicamente razonables. En 2020, se destinaron casi 5.9 billones de dólares en subsidios a los combustibles fósiles, pese al impacto ambiental que generan. Invirtiendo menos del 70% de esa cifra en renovables cada año hasta 2030, sería posible alcanzar el objetivo de emisiones netas cero para 2050. Además, la reducción de la contaminación y sus consecuencias podría ahorrar al mundo hasta 4.2 billones de dólares anuales para los próximos cinco años.