La energía fotovoltaica se presenta como un pilar clave dentro de la industria, dado que permite la obtención de electricidad renovable sin dañar al planeta. Se trata de una estrategia que contribuye al proceso de transición global.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) asegura que las energías renovables ocupan cada vez más un rol importante dentro de la sociedad, más allá del país en cuestión. En dicha transición, de un sistema convencional a uno respetuoso con el medio ambiente, se destaca la importancia de la electricidad fotovoltaica.
La AIE destaca que, para el 2030, se prevé que las energías renovables suministren ya la mitad de la electricidad necesaria a nivel global. Sin duda, todo un hito que refleja la enorme apuesta que hace la industria para impulsar la transición energética, siendo la fotovoltaica la clave para avanzar hacia un futuro próspero, sostenible y descarbonizado.
Desde el sector aseguran que los paneles solares fotovoltaicos no solo son la clave para terminar con la dependencia de los combustibles fósiles y reducir la huella de carbono, sino que también representan una gran oportunidad en términos socioeconómicos. Esto beneficia particularmente a los países que gozan de una ubicación y de unos recursos renovables privilegiados.
De esta manera, y según datos de la comercializadora Unieléctrica, la industria de las energías renovables generará cerca de millones de empleos directos e indirectos en la próxima década. Además, el sector renovable influye en el Producto Bruto Interno (PBI) de cada país, una situación que seguirá creciendo conforme esta industria siga avanzando.
Dicho escenario representa la importancia estratégica que, para los líderes mundiales, tiene la apuesta por la transición energética. Y dentro de esta apuesta, la energía solar fotovoltaica se muestra como una de las principales maneras de impulsar las energías renovables y situar a cada territorio como un líder en la transformación.
¿Qué es la energía potencial renovable?
La energía solar, además de su relevancia actual, posee un gran potencial de crecimiento. Según el último informe de Bloomberg Intelligence, esta continuará siendo el segmento de mayor expansión en el sector, con una demanda global que podría aumentar hasta un 40%. Esto se debe, en parte, a la reducción de los costes de producción, que disminuyeron cerca de un 80% en la última década.
Asimismo, la energía solar es esencial para el desarrollo del hidrógeno verde, otro factor importante para el futuro de la humanidad. En esta línea, la energía fotovoltaica es esencial para el proceso de electrólisis, mediante el cual se separan las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno.
Es importante resaltar que el hidrógeno verde, obtenido a partir de fuentes renovables, puede almacenarse y utilizarse en diversas aplicaciones, siendo fundamental para descarbonizar sectores clave como el transporte y la industria.
Hoy en día, la importancia de la transición energética es incuestionable. Las empresas y las administraciones públicas deben apoyar de forma continua y firme a esta fuente de energía, siguiendo directrices como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima o el Plan REPowerEU.
Independientemente del país en cuestión, esta debe posicionarse como una prioridad nacional. Es necesario fortalecer la colaboración público privada y facilitar el camino a las empresas que lideran la implementación de la energía solar. Solo de esta manera se podrá considerar como un líder global.
En el caso de Argentina, por ejemplo, se observa un crecimiento significativo en los últimos años dado que tienen un gran potencial para transformar el sector energético. Sin embargo, es imprescindible fomentar su desarrollo y superar los desafíos existentes para lograr una transición energética más sostenible.
¿Qué pasa con la energía solar en Argentina?
En el territorio argentino, se presenta como una alternativa viable, ecológica y rentable para satisfacer la demanda eléctrica. Muchas de las zonas nacionales tienen un gran potencial para su desarrollo, lo cual refleja el auge de la producción de energía fotovoltaica tanto en empresas públicas como privadas, y en la expansión de nuevos parques solares.
De las 24 jurisdicciones del país, siete cuentan con parques solares que suministran energía al Sistema Argentino de Interconexión (SADI). Actualmente se registran un total de 39 distribuidos en diversas regiones eléctricas, siendo la segunda fuente renovable más importante después de la eólica.
Los expertos en el sector indican que Jujuy cuenta con el parque solar más grande del país y de la región, ubicado en la Puna jujeña, cerca de la localidad de Cauchari, en el departamento de Susques. Este se compone de tres segmentos en particular, agrupados bajo la Planta Fotovoltaica Cauchari Solar, cuyo único accionista es Jujuy Energía y Minería Sociedad Estatal (Jemse).
El 85% de la inversión en la infraestructura provino del Banco de China, mientras que el gobierno de Jujuy cubrió el 15% restante emitiendo el primer bono verde de Argentina en la bolsa de Nueva York, obteniendo los USD 58 millones necesarios. En total, se invirtieron USD 390 millones, de los cuales el Banco de China prestó cerca de USD 332 millones.
Pese al monto destinado, la inversión valió la pena. Los tres parques solares jujeños producen el equivalente al 70% del consumo eléctrico anual de la provincia, convirtiéndola en la más sostenible y renovable del país. En tanto, hay un proyecto de ampliación en marcha, también financiado con un crédito del Banco de China, que añadirá otros 200 MW de potencia.