Si bien el uso de las energías renovables aumentó un 30% en 2023, los expertos en el sector sugieren la modificación de las estrategias mundiales para impulsar su crecimiento. La eficiencia energética debe lograrse a través de una estrecha colaboración.

La transición hacia un mundo sustentable y comprometido con el medio ambiente se desarrolla a nivel global, de hecho, la energía renovable superó el 30% del suministro eléctrico en 2023. Dicho avance se vio impulsado principalmente por un aumento en el uso de energía solar y eólica. 

Según un informe de Ember, esta tendencia marca un claro declive en la generación de combustibles fósiles, incluso pese al aumento de la demanda de electricidad. En esta línea, desde el sector consideran que el año pasado fue un punto de inflexión histórico. 

La única estrategia capaz de enmarcar dicha transición energética es aquella que se acompaña de una decisión política y económica. Las medidas deben estar respaldadas por un financiamiento político que permita aumentar la adopción de energías renovables. 

Si bien se nota un avance a nivel global, lo cierto es que el ritmo es lento para alcanzar el objetivo de descarbonización y el cero neto para 2050. Además, se nota un retraso para estar dentro del 1,5 de aumento de grados que es lo que los científicos coinciden.

Para ello, se necesita afianzar la negociación que se encuentra vigente entre los máximos referentes del mundo, quienes se encargan de financiar el cambio de modelo. Hay distintas responsabilidades y acciones tomadas por diferentes países.

¿Qué son las energías renovables y sus ventajas?

Hasta el momento, se destaca la energía solar como el principal proveedor de electricidad. La energía hidroeléctrica, en cambio, cayó a su nivel más bajo en cinco años.

En lo que respecta a Argentina, Marcelo Álvarez -miembro de la Cámara Argentina de Energía Renovable- aseguró que estas presentan una oportunidad única para generar empleo bajando costos y descarbonizando al mismo tiempo.

Según Álvarez, esto también facilita la anticipación de las barreras arancelarias que enfrentarán las exportaciones nacionales que están relacionadas con las huellas de carbono y la intensidad energética. Esto abarca tanto a las primarias como a las industriales.

Cabe aclarar que la huella de carbono mide las emisiones generadas para producir un bien o servicio de exportación, mientras que la intensidad energética evalúa la cantidad de energía utilizada en la producción. Ambas serán las nuevas tasas arancelarias del siglo, particularmente para los países emergentes.

El también director de Coral Energía indicó que la transición sustentable en el país es de suma importancia, dada la restricción externa ligada al cambio climático. Se hace obligatoria la toma de decisiones para combatir los gases de efecto invernadero y afianzar la descarbonización.

Para lograr esto, sugirió cambiar la matriz de producción de energía primaria y eléctrica, por lo que el camino a seguir son las energías renovables. Esto implica más que un cambio tecnológico; se trata de un cambio de paradigma, de modelo de producción y de consumo. 

En esta línea, Álvarez consideró que las tecnologías deben ser más limpias. Debe haber un sistema de gestión diferente al creado para fuentes fósiles despachables en el siglo pasado.

¿Cuál es la postura de Argentina frente a las energías renovables?

En la actualidad, el territorio argentino presenta dos problemas. En primer lugar, el cuello de botella en la infraestructura eléctrica de transporte, particularmente en las redes del Sistema Interconectado Nacional de alta tensión. 

Dichas redes son de gran importancia para llevar adelante la generación de grandes parques de varios megavatios a las áreas metropolitanas, donde se concentra el 60% de la demanda, especialmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

La electricidad, en este caso, debe ser transportada desde el norte argentino cuando proviene de fuentes solares, o desde la Patagonia cuando es eólica. La infraestructura de redes actual está cerca de su límite debido a la falta de inversiones en los últimos años.

Al mismo tiempo, se registra la necesidad de mejorar el modelo con un financiamiento adecuado. Esta es la única manera de promover el crecimiento del sector en el país, con un marco regulatorio apropiado. 

Algunos de los expertos en el sector consideran la posibilidad de aprovechar naves industriales, estacionamientos, techos de casas y otros proyectos de menor escala en comparación con los parques que generan electricidad de manera autónoma.

Por su parte, Argentina tiene un 60% más emisiones per cápita que el promedio de países de la región latinoamericana, y eso es lo que lo pone en una posición desventajosa respecto a las barreras arancelarias que van a ser las tasas del siglo XXI para nuestras exportaciones.

A diferencia de los mercados emergentes, el territorio argentino debe reforzar su competencia a nivel global para cumplir con los objetivos en términos de eficiencia energética