El sector de las energías renovables avanza cada vez más, ante las exigencias y demandas del mercado. Entre las alternativas disponibles, se destaca el llamado oro azul, un tipo de fuente abundante y continúa.
El sector de la energía solar es amplio y diverso. Entre las fuentes naturales que se conocen hoy en día, se destaca el llamado oro azul, el cual promete cambiar para siempre la historia de la electricidad.
En detalle, los expertos en el sector llevan cientos de años investigando sobre la energía que surge a partir de la combinación entre el agua del río con la del mar. En consecuencia de la diferencia de concentración de sales entre ambas masas de agua, se obtiene un tipo de energía abundante y constante.
Los especialistas comenzaron a investigar sobre el proceso físico llamado ósmosis, que ocurre cuando el agua fluye de una zona de menor salinidad a una de mayor concentración salina a través de una membrana semipermeable, produciendo una presión llamada osmótica.
El objetivo de varias compañías de energías renovables fue aprovechar esta presión para mover turbinas generadoras de electricidad. Lo cierto es que se diferencia de las demás fuentes por su versatilidad.
En 2009, en Noruega, se puso en funcionamiento una planta prototipo de electricidad basada en la ósmosis por presión retardada. Esta tecnología utiliza una membrana que permite el paso del agua, pero no de las sales, para separar dos masas de agua correspondiente a la del río y el mar.
La diferencia de presión que se produce es empleada para mover una turbina generadora de electricidad. Diferentes sectores la aprovechan para trabajar y llevar a cabo cualquier tipo de actividad.
La empresa noruega Statkraft operó esta planta en la localidad de Tofte. Si bien no produjo una cantidad significativa de energía eléctrica debido a problemas tecnológicos con las membranas y altos costos de producción, demostró que el potencial global de la energía azul era de 1.700 TWh anuales.
La planta cesó operaciones en 2015, y desde entonces Statkraft se diversificó en energías renovables en 20 países. Así es como siguieron aportando a las metas contra el cambio climático a nivel global.
Por otro lado, RedStack también se sumó al descubrimiento. La empresa holandesa desarrolló la generación de energía por electrodiálisis inversa (RED, por sus siglas en inglés).
Según indican los especialistas, esta tecnología utiliza membranas de polímeros de polietileno modificadas eléctricamente para permitir el intercambio iónico entre masas de agua de diferente salinidad.
En 2013, RedStack inauguró su planta piloto Blue Energy en Afsluitdijk, demostrando que la RED puede minimizar el impacto en los ecosistemas que se ven involucrados en la producción de energía azul.
La viabilidad económica para la aplicación comercial sigue siendo crucial, por lo que RedStack se asoció con otras compañías para desarrollar baterías con alta densidad de potencia, alcanzando hasta 1 vatios por metro cuadrado.
Francia fue otro de los países que dio un paso significativo en este sector. En 2023, entró en funcionamiento la OsmoRhône 1, una colaboración entre Sweetch Energy y la Compagnie Nationale du Rhône (CNR), principal productor de electricidad renovable en el país.
Ubicada en la obra hidráulica Barcarin, la cual se ubica en el puerto de Saint Louis, esta instalación podrá generar hasta 550 MW de potencia, suficiente para abastecer de electricidad a 1,5 millones de personas en las ciudades a lo largo del río Ródano en poco más de una década.
Dicha colaboración empresarial dio lugar a la tecnología patentada INOD, la cual se basa en la fabricación de una nueva generación de membranas osmóticas a nanoescala.
Estas membranas de alto transporte iónico, junto con un sistema de electrodos desarrollado por Sweetch Energy y CNR, lograron un rendimiento alto en la producción de electricidad. Esto significó un punto a favor para las autoridades.
La energía azul, junto con la solar, eólica y mareomotriz, está ganando importancia. Dado que el consumo mundial anual de energía es de 85.000 TW, la producción de energía a partir de fuentes no contaminantes y renovables es una necesidad actual.
¿Qué se obtiene de la energía azul?
En primer lugar, cabe destacar que la energía azul es una fuente de energía renovable. A diferencia de las demás, esta es constante y puede ser aprovechada de manera continua.
Su punto a favor es que no depende de las condiciones climáticas, lo que la hace más confiable que la solar o la eólica, que requieren condiciones específicas de Sol o viento para ser efectivas.
La energía azul tiene el potencial de abastecer al planeta, siempre y cuando se logre que el agua de un río contacte con el agua del mar. Las centrales de salinidad, que se utilizan para obtener este tipo de fuente eléctrica, no producen emisiones de dióxido de carbono, lo que resulta en un impacto ecológico muy bajo.
Además, desde un punto de vista geográfico, resulta conveniente, ya que cerca del 44% de la población mundial vive cerca de las líneas costeras. Esto facilita el acceso y la implementación de las tecnologías necesarias para aprovecharla.
Con su capacidad para generar energía de manera constante y su bajo impacto ambiental, la energía azul representa una solución prometedora y sostenible para las necesidades energéticas del futuro.