Alerta máxima: América Latina debe duplicar la inversión en energías renovables para evitar este desastre natural.

La Agencia Internacional de la Energía lanzó una advertencia a nivel global, dado el avance del cambio climático. Aseguran que no hay tiempo de sobra para cuidar al planeta y preservar el medio ambiente.

Si bien la inversión en las energías renovables crecerá en torno al 20% en América Latina, hasta unos USD 80.000 millones en 2024, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera que este hecho será insuficiente para cumplir con los objetivos climáticos internacionales. 

Cecilia Tam, jefa de la unidad de inversiones de la AIE, advierte que el ritmo de inversión no es suficiente para alcanzar las metas impuestas por parte de las Naciones Unidas de cara al 2030.

En detalle, el organismo internacional estableció un límite de tiempo a nivel global para proteger al medio ambiente. Se trata de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales les exigen a los líderes mundiales actuar ante el calentamiento global.

Los 17 objetivos pactados en 2015 están dirigidos a la sociedad civil, las empresas y los gobiernos. Cada uno de los actores sociales debe tener en cuenta la agenda universal que pretende mejorar la calidad de vida de los humanos. 

En esta línea, los objetivos ligados al medio ambiente son los más reconocidos. Por ejemplo, se lucha por garantizar el acceso a la electricidad, incrementando el uso de energías renovables. Esto se logrará a través de inversiones tanto públicas como privadas, mayores niveles de financiamiento y el compromiso gubernamental.

Dicha decisión se tomó dado que actualmente hay más de 3.000 millones de personas, principalmente en Asia y África, que aún cocinan con combustibles altamente contaminantes y tecnologías poco eficientes. 

Ante este escenario, dicho ODS demuestra la importancia del acceso universal a la energía como un desafío crucial para el empleo, la seguridad y la lucha contra el cambio climático. Se necesita entonces de un mejoramiento en la productividad energética, así como también de una expansión de infraestructura.

En este caso se destacan las fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal, las cuales se presentan como una alternativa más saludable en comparación con los combustibles fósiles.

Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también destaca la necesidad de adoptar medidas urgentes para combatir el impacto negativo del cambio climático. 

Las situaciones climáticas extremas, así como los aumentos en la temperatura y en el nivel del mar, impactarán en las economías globales. Por esta razón, los países que firmaron el Acuerdo de París se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados.

La meta en cuestión incluye el desarrollo de políticas que vayan en contra del cambio climático y la mejora de la educación ambiental. De esta manera, las agendas nacionales deben mantenerse al día ante las nuevas exigencias mundiales.

La alerta de la AIE para aumentar la inversión en energías renovables

Desde la AIE aseguran que la inversión en energías limpias crecerá aproximadamente un 20% este año en América Latina, alcanzando unos USD 80.000 millones. Sin embargo, los expertos coinciden en que este monto debería más que duplicarse antes de que termine la década.

Cecilia Tam adelantó estos datos durante la décimo sexta edición del Foro Económico Internacional sobre Latinoamérica y el Caribe, organizado en París por la OCDE, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Gobierno francés. 

Según Tam, el informe que la AIE publicará este 6 de junio detallará que la inversión en energías limpias en la región aún será menos de la mitad de lo que se destina a los combustibles fósiles, los cuales recibirán unos USD 100.000 millones.

Este predominio de los combustibles fósiles en la inversión es contrario a la tendencia mundial, donde en 2023 las energías renovables atrajeron más inversión.

En línea con los objetivos climáticos internacionales y el combate contra el calentamiento global, la AIE estima que el monto en este caso debería alcanzar los USD 200.000 millones anuales entre 2026 y 2030.

Por su parte, Anabel González -vicepresidenta del BID- resaltó que Latinoamérica y el Caribe no solo enfrentan necesidades, sino que también ofrecen soluciones globales, gracias a su entorno natural con un gran potencial para abordar los desafíos climáticos. 

González destacó que la región tiene una proporción de energías renovables del 30%, el doble del promedio mundial, y posee dos tercios de los recursos mundiales de litio, un mineral clave para la transición energética. 

Esto demuestra que el compromiso está, existe y se mantiene en pie. El mismo deberá reforzarse ante las necesidades que afronta el planeta, particularmente cuando hay un excesivo uso de petróleo y gas natural. 

El mercado debe girar en torno a las fuentes de energía naturales, tales como el sol, el viento y el agua, las cuales garantizan un acceso continuo y seguro. 

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