El país adopta la hidroelectricidad para acumular energía renovable y promover un sistema eléctrico sostenible, respetuoso y cuidadoso con el medio ambiente. Se trata de un factor fundamental para llevar a cabo la transición energética en el país.
En el marco de la transición energética en Argentina, las autoridades adoptan la hidroelectricidad para promover un sistema eléctrico acorde a las nuevas exigencias del mercado. De esta manera, el país avanza en términos de sostenibilidad y apunta a un consumo respetuoso con el medio ambiente.
En detalle, se incrementó el uso de la hidroelectricidad, un factor clave para promover un uso sostenible de la electricidad. Lo cierto es que las grandes represas hidroeléctricas contribuyen con entre el 65% y el 70% de la energía renovable producida en el país.
Esto es posible ya que la generación de energía a partir del agua ofrece una fuente renovable que responde de manera instantánea y constante a las fluctuaciones en la demanda, garantizando una producción segura y eficiente.
Según indican los expertos en el sector, esta capacidad de ajuste en tiempo real convierte a la energía hidroeléctrica en el pilar de respaldo dentro de cualquier sistema eléctrico interconectado.
En los últimos años, la presión global por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero llevó a la reconfiguración de los modelos tradicionales de producción y consumo de energía, ya que se comprobó que estos modelos intensificaron los impactos negativos tanto en los ecosistemas como en las comunidades que los rodean.
A nivel global, se ha reconocido la necesidad urgente de transformar las formas en que se producen bienes y servicios, así como de modificar los hábitos de consumo, acumulación y manejo de residuos.
¿Cuáles son las consecuencias de los combustibles fósiles?
En primer lugar, cabe destacar que el uso de los combustibles fósiles para la producción de energía emite gases de efecto invernadero, lo cual es contaminante para el planeta. No solo provoca el calentamiento global, sino que también genera problemas en la salud de los humanos.
La producción y el consumo de energía representan la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Estas emisiones, que son un factor clave en el cambio climático, llevaron a numerosos países a impulsar la transición hacia energías limpias, modificando los métodos tradicionales de generación energética.
Argentina no es ajena a esta tendencia mundial, por lo que asumió varios compromisos para reducir los gases que son perjudiciales para el medio ambiente. Su compromiso es tal que desde hace varios años el país se enfocó en en diversificar su matriz energética, históricamente dominada por la generación termoeléctrica basada en combustibles fósiles.
En los últimos diez años, la producción de energía a partir de fuentes renovables creció de forma significativa en el país. Un ejemplo de ello es que, en julio de 2024, el 40% de la energía generada en el país provino de fuentes renovables.
¿Qué está haciendo Argentina por las energías renovables?
Las grandes represas en Argentina son responsables de aproximadamente el 65% de la generación de energía renovable, seguidas por los parques eólicos que aportan un 26%, y los parques solares junto a las centrales de biogás, biomasa y pequeñas hidroeléctricas, que representan un 9%.
Por otro lado, las fuentes no renovables aún suponen el 60% de la producción energética, con un 51% proveniente de centrales termoeléctricas que usan combustibles fósiles.
El objetivo a largo plazo es reducir la generación térmica y aumentar la proporción de fuentes limpias y renovables en la matriz energética. La meta es que estas superen o al menos equilibren el peso de la generación no renovable antes de finalizar la década.
En este contexto, resulta crucial completar los proyectos hidroeléctricos, optimizar las centrales existentes mediante su repotenciación y avanzar con la construcción de nuevos proyectos, ya planificados, que aprovechen el potencial de los ríos locales.
Un punto a favor es que el territorio posee un gran potencial, especialmente en las áreas eólica, solar e hidroeléctrica. Esta última tiene la ventaja particular de poder almacenar energía, no solo por su propia naturaleza, sino también porque permite acumular de otras fuentes.
¿Cuáles son los beneficios de la hidroelectricidad?
La energía hidroeléctrica ofrece las condiciones necesarias para apoyar el desarrollo de las energías renovables, ya que proporciona una fuente limpia y de disponibilidad inmediata. Esto permite optimizar y complementar los recursos eólicos y solares cuando estos están disponibles, mejorando la eficiencia general del sistema energético.
El séptimo Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que los países deben esforzarse por asegurar el acceso universal a energía asequible, segura, sostenible y moderna. En este sentido, la generación a partir de los ríos del país representa una oportunidad para completar proyectos en marcha y desarrollar nuevas iniciativas.
Estas condiciones de inversión en Argentina no solo presentan un negocio rentable, sino que también contribuyen de manera crucial a la producción de energía limpia, ayudando a mitigar el impacto que los modelos tradicionales de producción causaron a lo largo de los siglos.