Sostenibilidad: ¿cuáles son los tipos de energías renovables y para qué sirven?

En el marco del cambio climático, cada vez es más común el uso de las energías renovables, las cuales dependen de fuentes naturales. Atrás quedaron aquellos combustibles fósiles altamente contaminantes y dañinos para la Tierra.

Dado el avance del cambio climático y la lucha mundial para combatir sus efectos, el desarrollo de las energías renovables cobra gran importancia a la hora de proteger al planeta. Se trata de una alternativa a los combustibles fósiles, los cuales corresponden al tradicional sistema eléctrico. 

La transición hacia un método más eficiente es esencial para preservar el medio ambiente, dados los altos niveles de contaminantes que producen el petróleo y el gas natural, por ejemplo. En términos económicos, también presenta beneficios.

Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y la Agencia Internacional de la Energía (EIA), resulta de gran importancia alcanzar los Acuerdos de París, los cuales exigen triplicar la cuota de renovables en la generación eléctrica de 2022 hasta situarla en el 90% en 2030. 

El desafío a nivel global requiere elevar las inversiones anuales en el sector desde los USD 1,3 billones actuales hasta los 5 billones en 2050, con el consiguiente impulso a la creación de empleo y al crecimiento vinculados a la economía verde.

Cabe destacar que, en la actualidad, alrededor de 700 millones de personas aún carecen de acceso a la electricidad, por lo que se requiere además de un esfuerzo adicional en su despliegue y desarrollo.

Las Naciones Unidas determinaron, entre sus objetivos, el acceso universal a la electricidad en 2030. Si bien el foco está puesto particularmente en África, lo cierto es que las autoridades pretenden  ampliar el suministro eléctrico. 

Dicha meta se encuentra respaldada por la AIE. En tanto, las energías renovables también cuentan con el apoyo internacional que se estableció en el Acuerdo de París, el cual fue suscrito en la Cumbre Mundial del Clima celebrada en diciembre de 2015 en la capital francesa. 

El acuerdo, que comenzó a aplicarse en 2016, establece por primera vez un objetivo global vinculante. En él, casi 200 países firmantes se comprometen a reducir sus emisiones para que el aumento de la temperatura media del planeta al final de este siglo se mantenga por debajo de los dos grados.

Frente a los efectos del cambio climático, los países se esforzarán por limitar este incremento a 1,5 grados. Así es como trabajarán en conjunto para limitar los efectos más devastadores de este fenómeno. 

Los expertos coinciden en que el desarrollo de las energías limpias es esencial para proteger al medio ambiente, más aún teniendo en cuenta el aumento de las temperaturas globales y las actividades industriales. 

En detalle, estas provienen de fuentes naturales que son inagotables y crecientemente competitivas. A diferencia de los combustibles fósiles, las energías renovables son diversas, abundantes y potenciales en su aprovechamiento. 

Entre sus características, se destaca en mayor medida que no producen gases de efecto invernadero ni emisiones contaminantes. Además, sus costos evolucionan de forma sostenible, alejándose de toda volatilidad en el mercado.

A partir de estos beneficios, el crecimiento de las llamadas energías verdes es imparable. Desde la AIE, se prevé que la participación de las renovables en el suministro eléctrico global pasará del 28,7% en 2021 al 43% en 2030, y proporcionarán dos tercios del incremento de demanda eléctrica registrado en ese período, principalmente a través de las tecnologías eólica y fotovoltaica.

El organismo considera que podría desatarse una demanda mundial eléctrica del 82%  entre 2020 y 2040. Este escenario requerirá de los compromisos gubernamentales para reducir las emisiones, elevando su participación en el uso de este tipo de energía.

¿Cuáles son los tipos de energías renovables?

Actualmente existen varios tipos de energías renovables, tales como la solar, eólica, hidráulica, geotérmica y biomasa. Cada una de ellas posee características diferentes, lo que las hace ideales para ciertos ámbitos.

La energía solar es aquella fuente que deriva de la radiación electromagnética del Sol, por lo que se dice que proviene de una fuente natural e inagotable. Sin embargo, su disponibilidad no es constante, ya que depende de la luz solar, lo que la convierte en una fuente de energía intermitente.

Según indican desde el sector, esta es una de las formas de energía renovable más accesibles y fáciles de producir, especialmente la energía fotovoltaica.

Respecto a la eólica, esta se genera a partir del viento. Se trata de la tercera fuente de energía renovable más usada a nivel global. Se espera que Reino Unido, Alemania, Turquía, Suecia y Países Bajos lideren instalen al menos otros 100 gigavatios (GW) hasta mediados de esta década.

Si bien la capacidad instalada de la energía fotovoltaica es mayor, lo cierto es que la eólica es más productiva. En 2021, las turbinas eólicas generaron 1.870 teravatio hora (TWh) de electricidad, más del doble que las granjas solares. 

Es importante resaltar que su productividad depende de la constancia del viento. Esto puede posicionarse como un punto en contra. En 2020 y 2021, la producción total disminuyó un 3% debido a vientos más débiles de lo normal, lo cual afectó de forma directa.

La hidráulica se posiciona como la fuente de energía renovable más dominante debido a su larga historia de uso. Hoy en día, China, Brasil y Canadá son los mayores productores, aunque se vieron afectados por las grandes sequías. Esta es estable y flexible, ya que permite ajustar la producción de electricidad según la demanda. 

La geotérmica aprovecha el calor del interior de la Tierra. Los recursos geotérmicos de baja temperatura se usan para calefaccionar y disponer de agua caliente, mientras que los de alta temperatura se usan para generar electricidad.

La biomasa, por su parte, se produce a partir de materiales orgánicos como madera, carbón vegetal y estiércol para generar calor, energía y biocombustibles líquidos. Representa el 6% del suministro energético global. 

Por último, el hidrógeno verde. Este no es no es una fuente de energía renovable por sí misma, sino un vector energético que almacena energía producida de otras maneras para su uso posterior. Actualmente se mantiene en fase de pruebas. No se espera que se presente como una alternativa viable hasta mediados de la próxima década.  

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