En el área de las energías renovables, cada vez son más las herramientas que se crean para promover la transición a nivel global. Las subestaciones eléctricas, por ejemplo, son un factor clave para transformar el sistema tradicional.
En el marco de la transición energética a nivel global, las subestaciones eléctricas se presentan como un eslabón clave en la transformación del sistema eléctrico tradicional. Se trata de una manera de promover la energía sostenible entre los consumidores finales, ya que funcionan como un punto de conexión entre la generación y distribución.
En la actualidad, las subestaciones actúan como puente entre la generación de energía y su distribución a los usuarios finales. Sin embargo, la integración de las energías renovables y el aumento del volumen que circula por las redes eléctricas están generando mayor complejidad, lo que podría causar sobrecargas si no se actualizan a tiempo.
Los expertos en el sector destacan la importancia que tiene la digitalización y la automatización en este tipo de escenarios. La incorporación de ambas prácticas garantiza que estas puedan manejar de manera eficiente las exigencias del nuevo entorno.
Es importante destacar que la modernización de las subestaciones implica la transformación de las infraestructuras tradicionales de cobre, las cuales deben girar hacia sistemas de fibra óptica que operan bajo protocolos de Internet, también conocido como IP.
Dicha transición no solo permite una transmisión de datos más rápida, sino que también mejora la calidad del servicio y reduce de forma considerable los costos operativos. Así es como pueden ser más eficientes, proporcionando mayor precisión en la gestión energética y facilitando la toma de decisiones en tiempo real.
Para lograr dicha optimización dentro del sistema eléctrico, se deben incorporar los sensores avanzados. Gracias a la sensorización, se puede monitorear constantemente su estado operativo, predecir posibles fallas y optimizar las labores de mantenimiento.
Un punto a favor es que este enfoque resulta ser más eficiente que el mantenimiento tradicional, ya que permite identificar problemas antes de que se presenten, minimizando los tiempos de inactividad que en términos generales son excesivamente costosos.
¿Cómo están compuestas las subestaciones eléctricas?
En primer lugar, cabe destacar que el auge de las energías renovables implica que las subestaciones deben adaptarse a las necesidades del mercado global. De esta manera, pueden integrar sistemas de almacenamiento a gran escala.
Uno de sus componentes claves es la batería de almacenamiento, las cuales permiten acumular la energía renovable generada, lo que mejora la estabilidad de la red y garantiza un suministro constante incluso cuando no se está generando electricidad sostenible.
Esta expansión de las funciones de las subestaciones, que actualmente abarcan tanto la distribución como el almacenamiento de energía, es fundamental para el éxito de la transición energética.
Por su parte, las microredes también ocupan un rol fundamental, ya que emergen como una solución flexible y eficiente en combinación con el almacenamiento.
Lo cierto es que estas redes eléctricas autónomas, que operan independientemente del contador o del punto de conexión a la red, conectan recursos energéticos distribuidos y cargas locales. De esta manera, funcionan como una entidad controlable con respecto a la red eléctrica.
Estas son ideales para la gestión de riesgos, ya que ayudan a mitigar la volatilidad de los precios de la energía, mejorar la independencia energética y aumentar la autonomía. Se debe a la optimización del consumo de la red, lo que a su vez reduce la huella de carbono.
¿Cuáles fueron las últimas innovaciones en las subestaciones eléctricas?
Una tendencia clave en la modernización de las subestaciones es la implementación de protecciones y relés avanzados. Estos dispositivos permiten una respuesta más rápida ante fallos en la red, reduciendo el tiempo de interrupción del servicio y mejorando la fiabilidad del sistema.
Además, las redes de comunicación de alta velocidad facilitan un mantenimiento remoto más eficiente, acortando los tiempos de respuesta ante cualquier problema y optimizando la operatividad de la infraestructura.
En términos de sostenibilidad, se están adoptando celdas libres de hexafluoruro de azufre, un potente gas de efecto invernadero que solían encontrarse en los sistemas de aislamiento y conmutación. Esta tecnología reduce las emisiones de carbono que provienen de las infraestructuras eléctricas, por lo que también se cumplen con los objetivos climáticos a largo plazo.
Esto es posible ya que las nuevas celdas incorporan tecnología de aislamiento con aire puro, interrupción en vacío y conectividad digital, facilitando así la descarbonización y modernización de las redes.
En resumen, las tendencias actuales en el sector de energías renovables están impulsando una transformación significativa en las subestaciones eléctricas. La digitalización, la integración de almacenamiento y el uso de microredes están haciendo estas infraestructuras más inteligentes, eficientes y resilientes.
A medida que las redes eléctricas se vuelven más complejas debido al aumento de la generación renovable, estas mejoras son esenciales para que las subestaciones enfrenten los desafíos a medio y largo plazo, garantizando un suministro energético fiable, seguro y sostenible.