El año pasado se registró un superávit en la balanza comercial energética superior a los 5.400 millones de dólares, un récord tras 20 años. Se espera que el próximo año sea igual o aún más exitoso en términos económicos.
El desarrollo de la producción de hidrocarburos no convencionales en la última década tranformó estructuralmente la balanza comercial energética de Argentina, que acumuló un déficit superior a 35.000 millones de dólares entre 2011 y 2022. Gracias a la expansión en la extracción de shale oil y shale gas, se logró aumentar las exportaciones, principalmente de crudo, y reducir las importaciones de gas natural y combustibles líquidos.
Durante los primeros diez meses de 2024, la producción promedio de shale oil fue de 379 mil barriles diarios, un incremento del 27% respecto al mismo período del año anterior, mientras que la producción de shale gas alcanzó los 71 millones de metros cúbicos diarios, representando un aumento del 22%.
Dicho crecimiento en el sector permitió compensar la caída de los yacimientos tradicionales, disminuir significativamente las importaciones y aumentar los excedentes exportables. Esto impactó de forma directa y positiva en la economía de los argentinos.
Fue bajo este contexto que la balanza comercial energética logró un superávit de 4.302 millones de dólares en los primeros diez meses de 2024, el nivel más alto en más de una década. Este resultado fue impulsado por el incremento en las exportaciones de petróleo, que alcanzaron un promedio de 183 mil barriles diarios, volumen no visto desde 2004, y por la reducción del 50% en las importaciones debido a la ampliación de la capacidad de transporte de gas desde la cuenca Neuquina y la baja en los precios internacionales.
El cierre de 2024 se perfila con un superávit energético superior a 5.400 millones de dólares, rompiendo una racha de más de diez años de déficit estructural que limitó históricamente el crecimiento económico del país. Por primera vez desde fines de los años 90, el sector energético se posicionará como un motor clave en la expansión de las exportaciones nacionales.
Además, la ampliación de la capacidad para evacuar gas natural desde el campo petrolífero de la primicia de Neuquén permitirá mantener bajas las importaciones en los próximos años, consolidando al sector como un generador importante de divisas.
Por otro lado, la expansión de la capacidad para transportar crudo favorecerá un mayor crecimiento en las exportaciones petroleras, mientras que el aumento de los envíos a través del Oleoducto Trasandino (OTASA) potenciará aún más la producción no convencional de esta región.
A menos que ocurra una fuerte caída en los precios internacionales de los hidrocarburos, se espera que el incremento en las exportaciones de crudo permita alcanzar un superávit comercial energético superior a 7.500 millones de dólares en 2025.
En resumen, tras más de una década de déficits persistentes en el sector, el crecimiento de la producción hidrocarburífera y las exportaciones asociadas están ayudando a aliviar la histórica restricción externa de la economía argentina, marcando un cambio estructural en el panorama energético del país.
¿Dónde se encuentran los hidrocarburos en Argentina?
De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía, en el tercer trimestre de 2022, las provincias de Chubut, Mendoza, Neuquén y Santa Cruz concentraron el 91% de la producción total de petróleo en Argentina, alcanzando un volumen de 8,56 millones de metros cúbicos.
El país depende en gran medida de los hidrocarburos en su matriz energética, representando el 84% de esta, con una participación predominante del gas natural (55%) y el petróleo (29%).
El horizonte de reservas de hidrocarburos, medido como la relación entre las reservas y la producción anual, se estima en 11,7 años para el petróleo y 7,6 años para el gas natural. En este contexto, el yacimiento de Vaca Muerta se destaca como la segunda reserva mundial de gas natural no convencional y la cuarta en petróleo de este tipo.
Ubicado principalmente en Neuquén y extendiéndose hacia Mendoza, La Pampa y Río Negro, alberga operaciones de 31 empresas que, hasta septiembre de 2021, extraían diariamente 27.673 metros cúbicos de petróleo y 44.151.867 metros cúbicos de gas.
¿De qué manera trabaja Argentina sobre la producción de energía?
Para abordar los desafíos energéticos y la necesidad de generar divisas, se implementaron dos iniciativas clave. Por un lado, el Plan Gas, lanzado en octubre de 2020, busca incentivar la recuperación de la producción de gas mediante la subasta de volúmenes y contratos a mediano plazo, ofreciendo estabilidad en precios y cantidades, además de fomentar la explotación de yacimientos no convencionales.
Por otro lado, se inició la construcción del gasoducto Néstor Kirchner en febrero de 2022, con el objetivo de superar las limitaciones en el transporte de gas desde la cuenca neuquina. Este proyecto amplía la capacidad del sistema de gasoductos y busca garantizar una mayor oferta de gas en los principales centros de consumo del país, así como facilitar la exportación de los excedentes.
¿Qué importancia tienen los hidrocarburos en Argentina?
El desarrollo del sector energético trae consigo varios beneficios importantes: permite un ahorro significativo en el costo fiscal, reduce la necesidad de importar combustibles líquidos, lo que se traduce en un ahorro de divisas, incrementa la capacidad de transporte de recursos y fomenta la generación de nuevos puestos de trabajo.